Hace casi 6 años que creamos Pan Baraka, y desde entonces veo que hay mucha más gente interesada en hacer pan artesanal de la que yo me imaginaba. Pero he observado que en los últimos meses mucha gente nos escribe pidiéndonos ayuda, asesoramiento o consejo para cumplir uno de sus sueños: abrir un pequeño obrador donde hacer y vender pan artesano y dulces sanos, a poder ser, de ingredientes ecológicos y de proximidad.
¡Esto es genial! Ya que significa que hay un movimiento por parte de la gente de volver hacia lo que sabemos que es más sano y nos hace estar mejor.
Por otro lado y como mamá bloguera desde hace otros 6 años, también he visto como crece sorprendentemente la creación de blogs y webs con contenido para mujeres y madres volviendo hacia una forma de crianza más consciente y natural. Cosa que tampoco es mala dado el punto al que hemos llegado en la sociedad.
Pero lo que más llama mi atención es ver como en dos ámbitos aparentemente tan distintos -pan y maternidad-, el interés es creciente casi de forma paralela. Y eso deja ver el cambio tan necesario que está sufriendo el ser humano.
Hemos perdido mucho por el camino y ahora solo nos queda volver a recuperarlo. Por esto mismo, a poco que observemos veremos que sucede lo mismo en todo lo que tiene que ver con artesanías y oficios, alimentación, cuidado de animales, etc.
El gran contrapeso es que, a la vez, la tecnología va avanzando y cada vez es más fácil llegar a más gente y hacer de tu producto/oficio algo de lo que puedan beneficiarse más personas.
Compatibilizar la recuperación de lo perdido y las nuevas tecnología puede facilitarnos las cosas y hacer de nuestros proyectos algo más grande.
Pero yo me pregunto ¿realmente son compatibles? ¿no se pierde parte del valor humano? ¿la eliminación de barreras virtuales son, de verdad, algo beneficioso en este tipo de actividades?
Como mamá a demanda reconozco que internet se ha hecho algo necesario en mi día a día ya que es mi ventana al mundo exterior, mi lugar de reunión y de expresión. Pero también cada vez estoy más convencida de que lo que realmente necesitaría es que fuera una mera herramienta práctica y tener ese lugar de reunión, expresión y contacto habitual de carne y hueso.
* Imagen de un alumno de Pan Baraka.