Parto natural

Cuando la maternidad comenzó a decir mi nombre -antes incluso de estar embarazada de mi primer hijo- también empezó a llegar a mis manos información sobre embarazo, parto y crianza natural. En ese momento, como muchas de vosotras, para mi el parto natural era, sencillamente, dar a luz en un hospital sin anestesia (¡cosa que para mi ya era fuerte!).
Conforme me fui metiendo más a fondo y siguiendo el camino que mi corazón me indicaba fui descubriendo que, al igual que en muchos aspectos de la vida, de todo hay niveles y niveles.
Comprendí que entender el parto natural como un parto en hospital sin anestesia, era el primer nivel. Siempre hay un primer escalón, además de que quedarse en este paso no es para nada mejor ni peor que los demás.
Informarte sobre el protocolo hospitalario y decidir que, no solo no quieres la anestesia epidural sino que no quieres que te pongan oxitocina por sistema ni que te estén monitorizando, es otro nivel.
Si seguimos adentrándonos veremos que la cosa sigue. Tampoco quieres que te obliguen a la dilatación en la cama, quieres moverte a tu aire. Y, si pudiera dar a luz en una postura más vertical, facilitaría mucho el expulsivo.

A esto podrían seguirle más detalles:

Quiero que mi marido/novio/pareja esté en todo momento conmigo.
Que me den a mi bebé en cuanto salga.
Comenzar la lactancia materna al nacer.
Que no me hagan episotomía por sistema.
Que no se use forceps o ventosa en la medida de lo posible.
Etc.

Después, visto y considerado todo, decides presentar un plan de parto en el hospital y negociar hasta donde se puede respetar el nacimiento de tu hijo.

Afortunadamente, muchas de estas cosas ya se respetan por protocolo actualmente.

Por otro lado, si seguimos subiendo escalones, hay la opción de contratar los servicios de unas comadronas para que vengan a atender tu parto en casa. Sí, para muchas ya es un tema que les descuadra pero para otras no.
Decidir traer a tu bebé de la mano de profesionales pero en la intimidad de tu hogar es para algunas mujeres algo que, no solo les llama la atención sino que lo prefieren por encima de un parto hospitalario (y, entre ellas, me encuentro yo).

En cualquier caso (y siempre que hablo de partos con otras mamás -sobre todo primerizas-) cuando, llenas de curiosidad, me preguntan los porqués y otras dudas y miedos que les asaltan siempre les digo lo mismo: el parto es un momento sagrado, divido, un milagro de la Creación y en éste la mujer se tiene que sentir lo más segura, tranquila y a salvo posible, sea esto en su casa o en hospital. Lo importante es ser honesta con una misma, conocer los propios límites y reconocer tu sentir en cuanto a ese momento y, desde ahí, desde ese lugar, tomar la decisión que más tranquilo deje a tu corazón. Sea cual sea, si está tomada desde ahí, no importa porque el resultado va a ser vivido desde ahí, que es lo que importa.

 

 

(Foto de mujer embarazada creado por yanalya – http://www.freepik.es)

Deja un comentario